

Manuel Alberto Ordóñez Rivera
(Fotografías y texto)

Hoy en día, Puebla de Zaragoza es reconocida por ser una de las ciudades que aún conservan parte de su esencia virreinal, así como sus tradiciones que se remontan desde su fundación en la época de la Colonia. La ciudad de Puebla se caracteriza por sus numerosos barrios así como por su gente que en estos habita. Dentro de los barrios que componen a la ciudad, cada uno tiene algo que lo hace único de entre los demás. Aquí encontramos uno de los más antiguos y famosos, que a lo largo de toda su historia se ha caracterizado principalmente, por ser uno en los cuales las celebraciones tienen un gran peso y aún se tiene la noción del significado que a éstas se les atribuye. El más claro ejemplo de estas celebraciones, el Carnaval por excelencia. El carnaval en el barrio de Xonaca es más que una festividad, se trata de una gran celebración, un hecho social que une e involucra a toda una comunidad entera, donde a partir de prácticas como el baile, el canto, la música, los aplausos y los gritos por parte del público se forja un sentimiento, y su vez, un símbolo; un símbolo que representa algo más que una fiesta que se celebra año con año: algo con lo cual todos sus habitantes se sienten identificados y les asigna cierta identidad.

De las cuadrillas que se encuentran dentro del barrio de Xonaca, la cuadrilla de la 26 Oriente se caracteriza por ser una de las pocas que aún conservan el atuendo tradicional del huehue, el cual se compone de los siguientes elementos: la representativa careta hecha de madera u otro material fino; el respectivo sombrero tipo texano con una gran cantidad de plumas de vivos colores, que en conjunto, hacen ver a su portador como alguien imponente y digno de respeto; y por supuesto, las elaboradas capas, pintadas o bordadas a mano con la palabra “Xonaca” en ellas, y alguna imagen que remonta a los antepasados en la época prehispánica. Estas capas, en lo personal, las describiría como “una singular obra de arte”, que merecen un gran reconocimiento hacia sus elaboradores como a quienes las portan.

El huehue, o traducido del náhuatl como “hombre viejo”, es la figura por excelencia más reconocida y la imagen más emblemática dentro del carnaval en México. Éste, una clara sátira de los antepasados españoles durante la época colonial, se ha convertido a lo largo de los años, en un símbolo que refleja el sentimiento del nacionalismo mexicano. Esta figura, más que un personaje representativo dentro de una celebración, es un signo, que autoafirma a la vez que refuerza, este sentimiento de identidad nacional que surge después del movimiento de Independencia en el s. XIX; con el cual también, los mexicanos nos autoproclamarnos como originarios descendientes de este choque entre razas. La figura del al final, cumple con la función de un símbolo nacionalista: unificar y dan una identidad a toda una población, dígase dentro un barrio o de una nación entera.

A lo largo de los años, y desde su fundación, la cuadrilla de la 26 Oriente se ha ganado un gran prestigio, por la disciplina en cuanto a su organización como por la coreografía que ejecuta al momento de bailar. La organización, la buena comunicación entre sus integrantes y la disciplina, son la serie de factores clave para que un grupo de personas –dígase en este caso una cuadrilla de – cumpla con su objetivo, tenga éxito en lo que hace y por ende, se gane el respeto y la admiración de toda la comunidad. Se dice que el mejor regalo que puede dar la vida, es trabajar duro en algo que valga la pena; y cuando una persona muestra un singular gusto y empeño por lo que hace, el entusiasmo y dedicación que pone es imposible de no ver cuando éste lo lleva a cabo.

El carnaval dentro del barrio de Xonaca, es tanto una fiesta como un rito. Este hace referencia a la creencia católica desde ambas partes. Como un hecho social en general, el carnaval cumple son su función de reunir en este caso, no sólo a un determinado grupo de personas, sino a toda una comunidad entera. Y aunque, a pesar de que no todos los presentes participen como , maringuillas o diablos, todos tienen una participación única y contribuyen de igual manera a la celebración de éste. El carnaval no sería el gran fenómeno en que se ha transformado sino fuera por sus bailarines, sus músicos, sus espectadores, y todas las personas que en éste participan. La unidad, la fraternidad y la colaboración que existe entre las personas del barrio de Xonaca se hace más evidente al momento de llevarse a cabo una celebración como ésta, en la que todos los vecinos y habitantes comparten y conviven de igual manera los unos con los otros; siempre teniendo claro y entendiendo el por qué están reunidos.